Juan Leal

Un proyecto es un esfuerzo puntual y limitado en el tiempo para conseguir unos resultados concretos. Business as usual es la actividad que realiza una organización de forma ordinaria para alcanzar su propósito. Salvo que el propósito de la organización sea realizar proyectos para terceros, la mayor parte de su actividad no se gestiona de forma natural mediante esfuerzos puntuales y limitados en el tiempo. Normalmente las organizaciones organizan esta actividad en procesos que se realizan de forma continuada. Por tanto, la gestión de los proyectos y la gestión de la actividad habitual tienen características muy distintas. La gestión del business as usual persigue mantener la actividad en los márgenes de funcionamiento establecidos. En contraposición, la gestión de proyectos puede verse como la forma de organizar los esfuerzos que se realizan para alterar el business as usual. La gestión de la innovación organiza estos esfuerzos de forma que produzcan cambios innovadores. Ambas activ...

Un sistema de gestión de la innovación sistematiza los esfuerzos que realiza la organización para innovar. Estos esfuerzos pueden ser de muchos tipos y existen muchas metodologías, buenas prácticas, técnicas, etc. que se dirigen a aspectos concretos del problema. Para abordar la implantación de un sistema de gestión de la innovación ordenadamente resulta útil disponer de una visión general de las áreas de actividad que intervienen. La recientemente publicada ISO 56.002 propone una estructura general muy completa pero que en mi opinión se plasma en un diagrama que resulta un poco confuso. Me parece más clara la siguiente clasificación de las actividades de gestión de la innovación: Estrategia : definición y gestión de la estrategia que gobierna el sistema de gestión de la innovación y coordinación con la estrategia general de la organización, de forma que todos los esfuerzos se encaminen eficientemente a la consecución de los objetivos de ésta. Gestión del portfolio de proyectos...

Los proyectos se realizan para conseguir algo. Muchas veces los proyectos se limitan a establecer meros objetivos de realización que no permiten asegurar que el proyecto aporte valor, proporcionan poca información para tomar decisiones y resultan poco inspiradores. Para ilustrarlo me parece muy útil la parábola de los tres canteros: Un buhonero se cruza con tres canteros y les pregunta qué hacen. El primero le espeta que está dando martillazos a rocas, "¿Es que no se nota?". El segundo le responde que está tratando de fabricar bloques de piedra con las caras planas y los ángulos rectos. El tercero le explica: "Estoy construyendo una catedral". Podríamos seguir indagando sobre para qué se construye la catedral o para qué participa el cantero. Definir bien el propósito es más difícil de lo que parece. Algunas preguntas que pueden ayudar son: ¿para qué inicio este proyecto? ¿qué valor aporta? ¿qué impacto producirá? ¿a quién beneficia o interesa? ¿son estos objetivo...